La detección precoz, así como un diagnóstico e intervención adecuados, serán fundamentales para la prevención o manejo de los problemas asociados al trastorno, determinando en gran medida la evolución del mismo.
El diagnóstico debe realizarlo preferentemente un equipo multidisciplinar integrado al menos por un psiquiatra, un psicólogo clínico… con conocimientos sobre el TDAH. Los padres y profesores habitualmente detectan problemas y los profesionales establecen el diagnóstico.
Fundamentalmente, el diagnóstico se basa en una evaluación a nivel médico, psicológico y pedagógico orientada respectivamente a determinar las condiciones físicas del niño, su estado emocional, sus capacidades y su nivel de aprendizaje. Con todo esto se podrá descartar que las dificultades de comportamiento o/y rendimiento escolar se deban a otros causas distintas del TDAH.
El diagnóstico del TDAH puede ser dificultoso por la presencia de comorbilidad y de síntomas del trastorno en otras entidades diagnósticas, que dificulta el diagnóstico diferencial, para su realización se necesitará información de los padres, de los profesores y del propio niño y es importante utilizar diferentes instrumentos diagnósticos como cuestionarios, entrevistas clínicas, pruebas y si es posible la observación directa del niño en la misma escuela. Actualmente no existen pruebas ni biológicas ni psicológicas que establezcan el diagnóstico, éste se establece por criterio clínico, pero los instrumentos de evaluación complementan y aportan información fundamental para el clínico que debe establecer el diagnóstico.
HAY SUJETOS CON DIFICULTADES EN LA CAPACIDAD ATENCIONAL Y DE AUTOCONTROL QUE NO IMPLICARÁN DETERIORO EN SU VIDA ACADÉMICA, SOCIAL O FAMILIAR Y POR TANTO NO PODRÁN SER DIAGNOSTICADOS COMO TDAH, SERÁN NIÑOS/AS CON PROBLEMAS O DIFICULTADES EN LAS ÁREAS DE ATENCIÓN Y AUTOCONTROL. ESTOS NIÑOS PUEDEN BENEFICIARSE DE LAS MISMAS ESTRATEGIAS COGNITIVO-CONDUCTUALES QUE SE UTILIZAN EN LOS SUJETOS CON TDAH.
El TDAH se clasifica dentro de los trastornos del neurodesarrollo. Principalmente el diagnóstico se basará en el cumplimiento de los criterios del DSM-5, que son los criterios diagnósticos establecidos por la Academia Americana de Psiquiatría (2014) o del CIE-10 (1992) que son los reconocidos y establecidos por la OMS, ambas clasificaciones están reconocidas internacionalmente. En el DSM-5 se contempla el diagnóstico de TDAH en adultos incluyendo por vez primera entre los criterios diagnósticos indicaciones específicas para edades adultas.
Una evaluación completa del niño, aportará información fundamental para establecer el diagnóstico y para establecer el plan terapéutico. La evaluación en el caso de los adultos que presentan síntomas de TDAH consiste en recoger todos los datos clínicos disponibles que ayudarán en la realización del diagnóstico: una buena historia clínica del paciente, cuestionarios autoadministrados de síntomas, evaluación del rendimiento neuropsicológico y evaluación de otras posibles comorbilidades.
La edad «ideal» para acudir al profesional, dependerá de las características de cada caso. En principio, siempre que se observan problemas en el funcionamiento cotidiano respecto a lo esperable por su edad de desarrollo, o si es un niño al que no se consigue manejar educativamente está justificada la consulta con un profesional. En el caso de los adultos siempre que éste manifieste síntomas que le generen disfunción en su vida diaria.
No obstante, como se ha señalado con anterioridad, en general las manifestaciones del TDAH se empiezan a observar claramente con el inicio de la escuela primaria, cuando aumenta el nivel de exigencia referente a la atención y autocontrol en clase, el horario es más estructurado y disminuye el grado de supervisión individualizada en detrimento de la exigencia de un mayor grado de autonomía.